EXPERIENCIA IEST ANAHUAC

La vida en el IEST- Anáhuac

Carla Robledo | 20 años

«Comparto y creo en los mismos valores y principios que tiene nuestra Institución; es el lugar donde he encontrado amigos verdaderos y compañeros con quienes caminar en este gran proyecto de formación.
Todos los días alguien te recibe y te despide con una sonrisa, te tiende la mano o te escucha y te hace sentir importante y que el esfuerzo que realizas vale la pena, y es así que se entretejen lazos para toda la vida».

Marco Estrada | 17 años

«El trabajar para Instituto ha sido una aventura llena de buenos momentos, de retos profesionales y personales. Formar parte del IEST Anáhuac significa hacer comunidad, trabajar mano a mano con personas de diferente experticia con la finalidad de alcanzar objetivos institucionales e ir aprendiendo en el proceso el uno del otro.

En lo personal el IEST Anáhuac me hace sentir en familia, dentro del Instituto trabajan personas de gran calidad humana y el mismo Instituto fomenta estos valores que se vuelven parte de tu vida.

De igual forma el Instituto me dio la oportunidad de realizar una maestría en calidad la cual puedo aplicar en varias áreas de mi trabajo. Sin embargo, la preparación y formación que más agradezco a la institución es la de mis valores cristianos».

Rebeca Hernández | 14 años

«El IEST Anáhuac significa mucho en mi vida profesional y humana, estar en un lugar donde me siento muy a gusto, plena y con toda la confianza necesaria para desarrollarme profesionalmente y ver a mis hijos aprovechar la excelente oportunidad de estudiar aquí.

Es el mejor trabajo que he tenido en toda mi vida porque oportunidades como estas llegan una en un millón y estoy agradecida con Dios de que sea así.

Algo que destaca al IEST Anáhuac es su trato humano, compañerismo, y excelentes oportunidades para desarrollarte y mostrarte como eres, ser uno mismo».

Adriana Menéndez | 30 años

«Trabajar en el IEST ha sido un proyecto de vida inesperado, mis planes profesionales eran otros, fue hasta la segunda vez que me invitaron a impartir clases que acepté colaborar en el Instituto, y desde el primer día me sentí en casa; fui descubriendo cotidianamente el espíritu y la acción del IEST. Estoy convencida que el IEST es una obra de Dios, es la materialización de una obra emanada del amor, la esperanza y la amistad  que se ha traducido en la formación de personas con alto sentido de responsabilidad profesional,  del servicio y el compromiso social.

El IEST es diferente por su calidad humana, su generosidad, su empatía con los empleados y empleadas. Es muy importante que el personal sienta que trabaja en un ambiente seguro, armónico, ordenado y basado en el respeto y esto lo encontramos en el Instituto. En lo personal, en todas las ocasiones en que he tenido situaciones personales que afectan mi trabajo, los directivos y compañeros siempre han estado conmigo para apoyarme y ayudarme a solucionar la problemática».

Cynthia Andrade | 2 años

«Trabajar en IEST Anáhuac significa todo un estilo de vida, significa convicción, significa una filosofía, significa un ánimo, significa compromiso con las generaciones que tratamos en el día a día, significa pensar con una visión determinada, con fundamentos, siempre presente de nuestros principios, de nuestra cosmovisión y teniendo claro hasta donde llegaremos.

Formar parte de la familia IEST Anáhuac es y debe seguir siendo un vínculo entre las actuales generaciones de Jóvenes y la sociedad. La futura sociedad solamente será el reflejo de los valores que hoy en día sembramos en estas generaciones, por ello refrendo mi compromiso día con día, ¡y vuelvo a dar el SÍ!».

Ignacio Pérez | 21 años

«Trabajar en el IEST Anáhuac significa darlo todo día a día, hacer mi trabajo y un poquito más. Ayudar en lo que esté a mi alcance, me encanta involucrarme en todo para poder contribuir para que mi QUERIDO IEST siga siendo la mejor universidad de la zona. Trabajar en el IEST Anáhuac es para mí un regalo de Dios cuando más lo necesitaba. Me puso en la puerta de entrada sin planearlo ni pensarlo, para eso puso ángeles en mi camino quienes me ayudaron a querer y valorar a la Institución.

Algo que destaca al IEST Anáhuac sin duda alguna el trato humano que nos dan, no sólo en prestaciones, sino que se preocupan por nuestra vida, dándonos herramientas para mejorar en todos los sentidos: ADELMA, Reto Fit, consultas médicas, jurídicas, psicológicas, etc. Su filosofía y su calidez humana también».